Pequeños rincones grises de nuestros barrios se transforman en rincones verdes comestibles. Y todo gracias a iniciativas espontáneas de grupos de ciudadanos. Existen ya varios huertos urbanos en Madrid, y una red de huertos que surge para apoyarse mutuamente e ir aprendiendo unos de otros.
Pero sobre todo hoy nos ha sorprendido el ejemplo de Todmorden, un pueblo inglés que ha decidido transformarse en pueblo comestible. Cada rincón público y privado del mismo se cultiva y sus frutos se ponen a disposición de todos. El pueblo cultiva y ofrece comida de todos para todos. El propio espacio vital les permite alimentarse y alimentar.
!!!Bravo por Todmorden!!!!
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