lunes, 20 de octubre de 2014

¡Se necesitan más espacios donde bailar swing!



Los españoles ¿tenemos swing? Tal parece, porque crece el número de aficionados, bailarines y músicos en las principales ciudades. Es decir, el vintage ha llegado también al baile y a la noche. Y engancha, ¡mucho!.

El swing jazz o simplemente swing  nació en los años 20 en Norteamérica . Es un estilo de jazz acompañado  por la música de las big bands  que poco a poco fue dando mayor protagonismo a grandes solistas como Louis Amstrong, Benny Goodman, Duke Ellington, Count Basie y otros.

 En los años 30 se convirtió en el baile de “La Gran Depresión”, etapa que sucedió al gran crack financiero de 1929. Se diversificó en el estilo lindy hop, neoyorkino  y abierto en sus movimientos, y en el balboa, de California y más cerrado, aunque también surgieron el charleston blues, claqué

En Madrid, la plataforma Mad for Swing aglutina las principales  escuelas donde varios miles de aficionados aprenden y disfrutan. Además semanalmente se encuentran para bailar swing en discotecas, salas, e incluso en algún centro social okupado, en parques, mercados de abastos, bares de Lavapiés, o en la mismísima Plaza de Oriente de Madrid. En esto nos parecemos a otros países europeos donde  el lindy hop, el balboa y otros géneros del swing arrasan. De hecho alguien ha hablado del Social Swing, de la red social del swing, porque es también una forma de compartir y relacionarse con gente nueva.

Bailando swing en el Mercado de San Fernando, Madrid

En Barcelona, Swing Maniacs cuenta con edificio propio y unos 3.000 asociados que deliran con el lindy  porque, afirman,  sienten la energía que desprende la música mientras se olvidan de todo lo demás en compañía. Recientemente han abierto espacio también en Madrid.

Las  caras de los aficionados revelan que además de  disfrutar bailando, dan nuevo vigor a un estilo que manifestaba la rebeldía de los jóvenes de aquellas décadas; es un estilo abierto  a la improvisación y  a la innovación y está muy lejos de la rigidez, las reglas  glam, un poco envaradas  y serias de los bailes de salón. Y  algo más en la estética  que hace perenne al swing: se baila con ropa y calzado cómodo.

Las escuelas de lindy, balboa y los demás estilos derivados del swing han proliferado,  no solo en Madrid y Barcelona sino en otras ciudades como Valencia, donde existe Spirit of St Louis, una escuela de referencia a nivel europeo,   y cuentan con miles de  seguidores locos por bailar donde se tercie.

Los precios de las clases suelen estar en 5 euros/sesión o una cuota mensual de entre 35 y 40 euros.
Faltan  más espacios donde bailar Swing
Esta afición está generando todo un sector de actividad compuesto por profesores, seguidores, espacios, músicos y se extiende a la escenografía e incluso al grafismo.

Crece en intensidad y volumen, de ahí que surjan también las carencias: se necesitan más espacios donde bailar swing.


El arquitecto Aitor Casero, del estudio Papapalagui , seguidor  de lindy hop y profesor  en  Big South, una de las escuelas de swing madrileñas, nos dice:

“Descubrí  este tipo de baile en un viaje a Eslovenia, en 2006. Mola hacerse con un grupete de amigos con esa misma afición. Me gusta tanto que este verano de vacaciones en Portugal mi chica y yo buscamos locales en Lisboa donde se bailar swing y pasamos muy buenos momentos”.

Aitor hace hincapié en la necesidad de nuevos espacios. “Hay escuelas que disponen de sus propios espacios pero otras  los alquilan en  discotecas como Ya´asta,  en el Centro Gallego, el Mercado de San Fernando, la sala Galileo, bares,  o incluso las calles, parques y plazas de las ciudades, pero son insuficientes”.



Aitor Casero, arquitecto y profesor de lindy hop en Big South, Madrid
¿Qué requerimientos tiene una sala donde se pueda bailar swing? preguntamos a Aitor. “Depende, pero el espacio ideal que yo busco es:
-          - Unos 150 metros cuadrados, es decir, un espacio mínimo donde puedan bailar unas 130 personas

-        -   Suelo de tarima de madera. Con rebote

-        -   Refrigeración, ventilación o climatización

-        -   Espacio donde  pueda tocar una Big Band (se están formando numerosos grupos constituidos por músicos )

-          - Equipo para pinchar música”


En los siguientes  espacios de Sala-mandra.es se pueden alquilar salas para bailar swing:
 





 Okupaswing contra el aburrimiento

Un caso que parece llamativo es el del La Morada Centro Social Okupado, en el  barrio madrileño de Chamberí, donde regularmente hay clases, talleres  de  swing y fiestas para bailar. En su web afirman:” El Okupaswing es la versión del Lindy Hop que se empezó a bailar en 2012 en algunos centros sociales okupados y autogestionados de Madrid. Se caracteriza por una gran capacidad de improvisación, selecciones de temas bailables poco ortodoxos y por entender la técnica como una herramienta y no como un fin en sí mismo. No se descartan próximas okupaciones para abrir grandes pistas de baile que rompan con la monotonía y aburrimiento al que nos condena el Capitalismo en las grandes ciudades. “Si no puedo bailar, no es mi revolución” decía con razón la anarquista Emma Goldman”.


En la azotea del CSO La Morada, Madrid



Donde aprender a bailar swing

Para  terminar, y para que os animéis a ello, os dejamos una relación de escuelas de swing en Madrid:









Y para quien quiera saber más de este estilo, aquí os dejamos unos enlaces
Adictos al swing
Y unos videos:
Madrid, Swing Festival 2014

Concurso de swing  ´celebrado en la sala Yastá


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario